SANTA MISA RORATE CAELI

 

Una tradición del tiempo de Adviento son las Misas Rorate Caeli

 

El papa Francisco se refirió a esas Misas al señalar: “El tiempo de Adviento es la ocasión particular para profundizar nuestra fe, para abrir nuestros corazones a las necesidades de los otros y para vivir mejor nuestra vocación cristiana. Para cumplir estos compromisos, los ayuden la oración cotidiana, la contemplación de la Palabra de Dios, la participación en la misa matutina Rorate y los ejercicios espirituales de Adviento.”

 

Se trata de celebrar la Misa común de Santa María propia del Adviento, que inicia con la antífona de entrada tomada de Isaías (45,8) que al principio dice “Rorate Caeli”, es decir, Gotead Cielos.

 

La particularidad de estas Misas es que son celebradas al amanecer, porque el Adviento espiritualmente es la espera de la Luz que se hizo hombre y nació en Belén para dispersar las tinieblas. Se celebran a esa hora y con todo el templo a oscuras: únicamente se ilumina por los candelabros del altar, del presbiterio y por las candelas que llevan los fieles en la mano.

Los fieles portan las velas, no solo para iluminar el lugar, sino como símbolo de que la unión de muchas luces individuales repele la oscuridad y las tinieblas. La luz que recibieron en su bautismo no la esconden, como dice Jesús en el Evangelio de San Mateo, sino que sirve para iluminar.

 

Al final de la Misa se empieza a ver el sol, que ya sube. Amanece un nuevo día, en símbolo que al final del Adviento recordaremos el Nacimiento del Sol que nace de lo alto, como llamó Zacarías a Jesús.

 

"Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nuve a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece"

 

(Is 60, 1-2)

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